Mientras tanto, voy limpiando tipos. Y quizás este jueves le dé una nueva mano de laca al chibalete (lo mostraré cuando esté terminado).
Pero tanto tiempo lejos de la imprenta no podía ser así que el otro día me escapé un rato e imprimí unas tarjetas nuevas. La foto no les hace mucha justicia: el texto es morado y los sobres son amarillo pastel. Están impresas con los codiciados tipos de madera de A. Codiciados porque no hace mucho un diseñador gráfico se los quiso comprar. Pero me temo que A. no se deshará tan fácilmente de sus tesoros tipográficos.
Por otra parte, las novedades en el despacho más vale que no se hubiesen producido: las lluvias del pasado fin de semana nos han fastidiado bien.
Que no cunda el pánico, sólo hay dos paredes pintadas de rojo, el resto es blanco inmaculado.
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