miércoles, 29 de junio de 2005

Satisfacción

La edición del libro de Gallego y Moscardó nos deparó el sábado pasado toda una mañana de trabajo. Encargué un grabadito en Añón con una de las ilustraciones de Moscardó para el libro, y el sábado fuimos al taller de Alfredo Lazo para averiguar cómo resulta trasladar un colage (los originales de Luis son con esta técnica) a un grabado de zinc. Y no resultó mal.
En Añón ya había dado instrucciones para que de algún modo las manchas sólidas que proporciona la plancha de zinc tuvieran alguna textura que les confiriera el interés que poseen los colages de Moscardó, hechos con papel de seda transparente de vivos colores.
Era toda una incógnita, pero al final resultó que las tramas para conseguir ese efecto de finísimo papel arrugado funcionaron bastante bien.
Moscardó se moría de ganas por ver el resultado y el sábado por la tarde se acercó a casa. También a él le gustaron los grabados. Y se los llevó para acabarlos, porque para nuestro libro estos grabados tendrán que convertirse en monotipos: Moscardó debe retocar uno a uno cada grabadito para hacerlos únicos y originales.
Visto el resultado, me marcho a Añón a encargar los dos grabados que quedan por hacer.

P.D.: Luis Moscardó está exponiendo -con éxito- en Barcelona. Echad un vistazo: www.galeriatrama.com

5 comentarios:

Anónimo dijo...

El Director Literario vino al taller y se puso manos a la obra. Apunta maneras. L.

Anónimo dijo...

A Lola hay que verla en el taller: escuchando a su maestro -ese estupendo impresor y mejor persona que es Alfredo Lazo-, colocando las piezas del puzzle que ellos llaman "composición", poniendo a punto la minerva o imprimiendo, hoja por hoja, cualquier proyecto que tenga entre manos.

Lo dicho, hay que verla en acción.

R.

Anónimo dijo...

A Lola hay que verla en el taller: escuchando a su maestro -ese estupendo impresor y mejor persona que es Alfredo Lazo-, colocando las piezas del puzzle que ellos llaman "composición", poniendo a punto la minerva o imprimiendo, hoja por hoja, cualquier proyecto que tenga entre manos.

Lo dicho, hay que verla en acción.

Anónimo dijo...

Noticia: Lola -nuestra impresora- deja el claqué por el flamenco y se casa con un guapo (y rico, riquísimo, para envidia de tantas) con el director literario.

(En la fiesta posterior habrá seguiriyas y rumbas, soleás y tarantos. Seguro.).

Anónimo dijo...

¡¡¡Guaaapaaaa!!!