Después de lijar bastante, de quitar mucho polvo y de frotar hasta el desespero hoy hemos empezado a barnizar los chibaletes. Van a quedar muy bien. También me he entretenido esta mañana en hacer un pequeño inventario de nuestras pertenencias, con cuántas cajas contamos y qué tipos tenemos. La cosa no está mal. Me preocupaba que hubiese mucho tipo de cuerpo grande (36 puntos, 48 puntos: de estos hay unas cuantas cajas) y no hubiese nada de lo más común: seises, ochos, dieces... Pero sí, he localizado, entre otras de cuerpo pequeño, dos valiosísimas cajas de bodoni cursiva del cuerpo 10. Ya está adjudicado, nuestro próximo libro (poemas de Vicente Gallego y monotipos de Luis Moscardó) estará compuesto con estas dos cajas.
Yendo a temas mucho más mundanos, el último día en la imprenta lo dediqué a imprimir doscientos posavasos a dos tintas. Eso quiere decir que los tuve que pasar por la Hispania dos veces, o sea, cuatrocientos golpes de prensa. (Me viene a la memoria Truffaut, Les quatre cents coups, 1959). ¡Ah!, los posavasos gustaron.
P. S.: Giambattista Bodoni (1740-1818) fue uno de los primeros impresores (junto con Didot en Francia) en acometer la transición en el diseño de tipografías entre los viejos estilos que imitaban la escritura manual y la llamada tipografía moderna. Fue impresor del duque de Parma y la belleza y calidad de sus libros hicieron que sus tipografías adquirieran mayor relevancia que las de su contemporáneo Didot. También hay que decir que al duque de Parma no le importaba lo más mínimo el dinero cuando se trataba de hacer libros. ¡Eso siempre es una ventaja!
jueves, 26 de mayo de 2005
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